Las ofertas de tarifa plana para la luz que han lanzado las grandes eléctricas, Endesa, Iberdrola, Gas Natural, EDP y E.ON, han creado recelos en el Ministerio de Industria. Aunque ese departamento daba por hecho que iban a ser superiores a las tarifas actuales, al llevar implícito el sobrecoste de asegurar un precio fijo durante un año, ha sorprendido que sean tan elevadas. Su aplicación podría suponer un sobrecoste de más de 100 ó 200 euros en el recibo anual para un usuario tipo. Industria, que lleva meses estrechando el cerco a las eléctricas, ha pedido a Red Eléctrica (REE) que elabore un informe sobre la evolución de los precios en el mercado, indican fuentes del sector.
El Ministerio, a cuyo frente está José Manuel Soria, quiere conocer al detalle cómo se han comportado los precios de la luz en el último año para determinar si las nuevas ofertas son coherentes, si son mejorables, o qué medidas se puede adoptar para presionar los precios a la baja y para que el usuario pueda compararlos mejor. La tarifa plana es una promesa de Industria en su proceso de reforma del sistema de tarificación eléctrica. Consiste en un precio fijo por kilovatio durante todo un año y trata de evitar la volatilidad del nuevo sistema de precios que se está implantando en España, conocido como Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC).
Antes del 1 de julio, las eléctricas deben implementar un sistema de tarificación variable. Cobrarán cada kilovatio según su evolución en el mercado mayorista. Ese precio cambiará permanentemente. Ayer, por ejemplo, el precio del kilovatio era de 0,104 euros. El día anterior era de 0,081 euros.
Industria ha solicitado a REE datos del PVPC actual. También le ha pedido una simulación de cómo hubiera sido el PVPC con los nuevos criterios de tarificación eléctrica en meses anteriores, incluso desde hace un año, cuando no existía el PVPC como tal. Una primera conclusión es que las ofertas de las eléctricas, que se sitúan entre 0,1382 y 0,1477 euros por kilovatio, superan no solo el PVPC actual, sino el que hubiera habido hace un año (0,110 euros). La mayor parte de esas ofertas, además, superan el precio de la energía que había en abril del pasado año con el antiguo sistema de tarificación (TUR, o Tarifa de Último Recurso), y que era de 0,1386 euros. Uno de los grandes objetivos de Industria al reformar el sistema de precios era reducirlos y simplificarlos de cara al usuario.
Para el Ministerio, es un jarro de agua fría que las ofertas planas hayan arrancado de forma tan poco atractiva y con gran confusión. Industria quiere determinar si realmente nacen con vocación competitiva o las eléctricas han aprovechado la obligación legal de lanzar esas tarifas planas para crear ofertas disuasorias que inviten al usuario a buscar otras alternativas en el libre mercado, que es realmente donde las compañías quieren llevar a los consumidores, para ofrecerles servicios adicionales.
El hecho de que Industria acuda a REE para pedirle datos es muy significativo. Destaca el papel cada vez más relevante que Industria está dando a esta compañía como gestor integral del sector. REE, participada por el Estado con un 20%, es ya mucho más que el grupo encargado de las líneas de alta tensión. Industria le ha atribuido otras funciones clave. Por ejemplo, en sus manos está determinar técnicamente qué precio por kilovatio se cobra cada día. Ha creado una web, e incluso una aplicación móvil, para informar de ello. La confianza de Industria hacia REE se produce en detrimento de la Comisión de Competencia (CNMC).
La forma que ha tenido Competencia de gestionar la puesta en marcha de las ofertas planas y su confusa comparación con otras han provocado el disgusto de Industria y un choque entre los dos organismos, que podría ser aprovechado para dar más poder a REE. Una vez que este grupo ha asumido la responsabilidad del PVPC y de informar de él, una idea que baraja Industria es que también asuma la comparativa de ofertas
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