24 de marzo de 2013

Biodiesel a partir de aceite de cocina usado en Canarias

Rubén Araya puso en marcha a principios de año junto a un socio y no sin dificultad, la primera empresa autorizada que fabrica biodiesel en Canarias, Biodiesel Lanzarote S.L. Han pasado más de tres años, miles de papeles y cientos de visitas a las administraciones, desde que se pusieron manos a la obra hasta que por fin abrieron, así que se han acabado gastando parte del crédito que les dieron en pagar el alquiler de una nave industrial vacía en el polígono Arrecife Puerto. La nave, hoy, ya está llena de máquinas y artilugios funcionando y la empresa marcha a pesar de las trabas burocráticas.


Como ejemplo, cada vez que Rubén llama al Ministerio de Industria para pedir alguna información tiene que explicar qué es el biodiesel. Y eso no ha sido lo peor. De hecho, no culpa a las administraciones y dice que "lo han hecho lo mejor que han podido". "Lo más difícil —asegura—es la financiación", porque Rubén es extranjero, no tenía avales, no conocía a nadie, el producto era desconocido y tiene riesgo... "No hay facilidades para empresas nuevas", afirma. Es, en definitiva, el precio por ser pionero. "Si llego a saber que iba a ser tan complicado igual no lo hago".

No ha sido fácil, no, aunque no parece que nada en la vida de Rubén lo haya sido. Cuando estudiaba el tercer curso de Ingeniería Civil en la Universidad, allá en Argentina, con poco más de veinte años, le atropelló un coche, y la caída le afectó de lleno a la médula espinal. Desde entonces se enfrenta al mundo sentado en una silla de ruedas. Cobró una indemnización del seguro pero tuvo que dejar los estudios. El corralito financiero y la inseguridad ciudadana le acabaron por convencer para venirse a Europa. Primero probó suerte en el Norte de Italia pero la vida era muy cara y no se llegaba a fin de mes ni con dos trabajos, así que puso rumbo a Lanzarote, donde vivían sus suegros, en octubre de 2003. Encontró trabajo como administrativo en una empresa, conoció a su actual socio, y decidió montar la empresa de biodiesel después de leer un estudio de la Universidad de La Laguna en el que se concluía que Canarias produce 36.000 toneladas de aceite usado al año. "Tenemos un pozo petrolero", se dijo.

Pero, ¿qué es el biodiesel? Pues es un combustible que se elabora a partir de aceites vegetales usados que se recogen, en este caso, en bares, cafeterías y hoteles de la Isla. Está compuesto de ese aceite, metanol y un catalizador. Puede hacer funcionar cualquier motor diesel, contamina un 90 por ciento menos, hace que el motor emita menos ruido y que su vida útil se prolongue. En los coches, se puede combinar su uso con el del gasoil y únicamente hay que cambiar el filtro del depósito una vez y no más, cuando se hayan recorrido mil kilómetros. Cuesta entre 8 y 10 céntimos menos que el gasoil.

Dice Rubén que su empresa realiza tres tareas en una: evitar que los aceites acaben en la depuradora (para disolver un litro de aceite se necesitan mil litros de agua), reducir las emisiones de CO2 y abaratar el combustible. En Lanzarote hay varias empresas más que se encargan de recoger el aceite usado en la hostelería, pero, excepto una, con la que acaban de llegar a un acuerdo, las demás lo venden a la Península, donde el biodiesel se mezcla con el gasoil. Rubén y su socio decidieron hacer un producto que fuera cien por cien biodiesel "porque la calidad del gasoil que llega a la Isla es tan mala que si el motor se estropeaba le iban a echar la culpa al biodiesel", dice. Montar una empresa pionera supone partir casi de cero, así que para completar el proceso de elaboración han tenido que comprar una máquina en la Península, otra en Holanda, un producto para limpiar en seco en Inglaterra..., e intentar guardar el secreto para que no les copie la competencia. "Si alguien quiere montar otra empresa, por lo menos que se lo curre".

Hay empresas en la Isla que ya llenan los depósitos de sus vehículos con biodiesel. El combustible se puede cargar en la nave pero también se sirve gratuitamente en cualquier punto de Lanzarote y Fuerteventura. Buscando nuevos puntos de distribución, ya se han topado con la industria más poderosa del mundo, la petrolera. Cuando una multinacional petrolera se enteró de que una gasolinera de Arrecife se había planteado convertirse en la primera de Canarias con un surtidor de biodiesel, no le hizo gracia ni la mera posibilidad y así se lo hicieron saber a la gasolinera.

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