12 de febrero de 2014

El Gobierno vincula el recibo de la luz a un mercado bajo sospecha


El Gobierno vincula el recibo de la luz a un mercado bajo sospecha

A partir de abril el precio de la electricidad que pagan los clientes dejará de fijarse mediante subastas y se establecerá en función de la cotización del mercado mayorista. Una medida que llega cuando la CNMC investiga si hubo manipulación del pool y cuando el Gobierno trabaja en la reforma de su funcionamiento. El Gobierno parece decidido a lanzar una auténtica revolución en el recibo de la luz que pagan la gran mayoría de clientes (al menos los 16 millones de consumidores que están acogidos al precio voluntario para el pequeño consumidor -PVPC-, antes conocido como tarifa de último recurso -TUR-). 

El Ministerio de Industria ha puesto en marcha reforma de la metodología que se utiliza para fijar los precios del término de energía de la factura eléctrica, que representa un 37% del total del recibo (el 63% restante lo componen los peajes de acceso y los impuestos, que los establece directamente el Gobierno). 


Hasta ahora, el precio de la luz se determinaba trimestralmente a través de una subasta (la denominada Cesur) en la que participaban fondos de inversión, traders y también las compañías eléctricas. En esas pujas se determinaba a través de futuros el precio de la electricidad para el siguiente trimestre, se establecía de manera previa. Este sistema tiene los días contados, y el Gobierno ha diseñado un nuevo modelo que empezará a aplicarse en el 1 de abril (o, en la práctica, en mayo, porque dará un mes a las eléctricas para actualizar sus programas de cálculo). 

El nuevo sistema hará que el precio de la luz se determine en función de la cotización del mercado mayorista de electricidad, o pool, en el que las compañías que generan electricidad colocan su producción de forma constante en función de la demanda prevista. Esto es, en teoría, el precio de la electricidad funcionaría de forma similar a la Bolsa y cambiaría prácticamente cada hora. Los clientes que cuentan con contadores inteligentes (unos 7 millones) podrán efectivamente pagar en función del consumo realizado y según la cotización del pool de cada momento. 

A los que aún no tienen esos contadores de discriminación horaria se les aplicará una tarifa que será el precio medio del mercado mayorista durante el periodo de facturación, por lo general de dos meses. La puesta en marcha del nuevo sistema puede resultar caótica. Las compañías dispondrán de poco más de dos meses para actualizar todos sus sistemas de facturación y empezar a aplicar un nuevo modelo que, en la práctica, supone que haya tantos tipos de tarifa como clientes, dado que cada uno tiene periodos de facturación diferentes y, por tanto, se tendrá en cuenta diferentes días de cotización del pool. 

Y, además, el mercado mayorista es extremadamente volátil, con cotizaciones que pueden fluctuar (como ha pasado en los últimos meses) entre los 0 euros y los 100 euros por cada megawatio. 

El Gobierno se veía abocado a cambiar el sistema de fijación de precios después de haber promovido la suspensión de la última subasta Cesur, celebrada el 19 de diciembre, después de que el precio se disparase y empujara a una subida del recibo de la luz del 11%. Industria no ha tardado en diseñar otro modelo, pero resulta paradójico que el nuevo sistema vincule ahora el precio de la factura eléctrica con un mercado mayorista que el propio Ministerio puso bajo sospecha el pasado diciembre por sus altas cotizaciones. 

El pasado diciembre, la cotización del pool marcó máximos históricos por encima de los 100 euros por megawatio. El mercado se disparó por la menor aportación de la energía eólica e hidráulica y por la parada técnica (para algunos sospechosa) de dos centrales nucleares, lo que ha hizo que ganaran peso en el precio final las centrales de gas y carbón, las instalaciones que generan electricidad de manera más cara. 

Ya una semana antes de la famosa subasta del 'tarifazo', el Ministerio de Industria instó a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) a que investigara si entre las causas que habían motivado que los precios del mercado mayorista se dispararan había "factores externos" y que averiguara así si las cotizaciones habían sido manipuladas para promover las subidas. La CNMC anunció entonces que abría una investigación sobre los "movimientos inusuales" en este mercado. 

De hecho, el pool empezó a desbocarse apenas unos días después de que las enmiendas de última hora del Partido Popular en la Ley del Sector Eléctrico provocaran que el déficit de tarifa (el desfase entre los costes y los ingresos del sistema eléctrico) engordara en otros 3.600 millones. Las inesperadas enmiendas suponían retirar la inyección de 3.600 millones de fondos públicos (a través de un crédito extraordinario, los PGE y la aportación del céntimo verde del gas) que esperaba el sector eléctrico. Los cambios de última hora desataron la ira de las eléctricas, ya que ese nuevo agujero de 3.600 millones pasa directamente a los balances de las compañías. 

El Gobierno ha ido introduciendo desde que comenzó la legislatura una seria de medidas que pretenden acabar conformando una reforma integral del sistema eléctrico. El Ejecutivo ha tratado de cuadrar las cuentas del sistema (el déficit de tarifa ha escalado ya hasta los 30.000 millones) con la creación de nuevos impuestos, reduciendo las retribuciones que cobran las compañías por transporte y distribución, recortando notablemente las primas a las renovables... Y ahora anuncia la reforma del sistema de fijación de los precios eléctricos. Industria lleva meses tratando de abordar otra pata de esa reforma eléctrica que, a la postre, puede resultar crucial. 

El Ministerio trabaja también en la reforma del mercado mayorista, ése del que desde abril va a depender enteramente cuánto pagan la mayoría de los clientes por la luz. Incluso antes de que se aprueben los cambios en su funcionamiento. El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha asegurado hoy mismo que la reforma del pool en la que trabaja su departamento busca "introducir más competencia" y dirigir el sistema a una "mayor liberalización". Aunque se desconoce de qué manera se pretende cambiar su actual funcionamiento. 

En el mercado mayorista de la electricidad participan cada día las compañías que generan electricidad y colocan su producción en función de la demanda prevista por REE. Su funcionamiento es de carácter marginalista, por lo que todas las tecnologías de producción eléctrica venden al coste de la más cara. La demanda eléctrica del país primero se cubre a través de un mercado en el que van entrando primero las centrales nucleares y las energías renovables. 

Estas tecnologías entran a coste cero, no marcan precio, y si con su producción se cubre toda la demanda del país el precio de la electricidad es cero, como si figuradamente fuera gratis producir esa electricidad. Cuando nucleares y renovables no cubren toda la demanda, entran en el mercado el resto de tecnologías y el precio de producción de la última central necesaria para completar la demanda es la que marca el precio de todas las demás.

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